Se lució en el saludo capotero a la verónica toreando templado y cadencioso. Cuajó un buen tercio de banderillas jaleado por el público y realizó una faena bien estructurada ante un toro noble pero falto de transmisión. Mató de una estocada defectuosa y escuchó dos avisos tras los que recogió una calurosa ovación.
El cuarto saltó al callejón hiriendo al fotógrafo Roger Martín, que sufrió un puntazo en los testículos, y a Perón, presidente de la Federación Nacional de Sociedades Taurinas Paul Ricard, que sufrió la fractura de una pierna. De nuevo fue ovacionado en banderillas destacando un par al violín al hilo de las tablas con riesgo y ajuste. De rodillas en el centro del ruedo inició su faena ante otro de Montalvo informal y protestón que se acabó muy pronto. Escribano tiró de recursos y mató de una estocada recogiendo otra ovación.
Enlaces externos: